Publicamos la cuarta entrega del texto de investigación Las cruces de mayo en Alvarado, evolución o pérdida de una tradición en la época de la globalización de Iskra Sabino.
Toca presentar la reflexión que la autora hace sobre la existencia de tradiciones en un contexto socioracialmente fragmentado, como es el caso de Alvarado.
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Las cruces de mayo en Alvarado: Entre lo tradicional y lo actual, el devenir cultural de Alvarado
Iskra Sabino
Iskra Sabino
(Cuarta entrega)
Capítulo
III.
3.1
Evolución o pérdida de una tradición
En
la actualidad, existe una constante preocupación por preservar las
tradiciones, herencia de nuestro legado histórico-cultural y
producto del mestizaje entre indígenas y españoles, mismo que ha
perdurado por medio de diferentes testimonios que documentan el
encuentro cultural “accidental” que es, para la mayoría de los
pobladores del México actual, la fusión de dos razas; la herencia
más preciada que nos pudo otorgar ese encuentro de culturas o la
maldición del recuerdo constante de un abuso histórico que
convirtió a los conquistados y a sus descendientes en víctimas del
despotismo de la invasión española.
Para
algunos este fue un encuentro muy bien aprovechado por los
peninsulares, ya que para los indígenas este suceso señalaba el
posible regreso de Quetzalcóatl, para otros, significó un hecho
inevitable, pues las conquistas son un fenómeno mundial que se
originaron como parte de un proceso histórico que han marcado la
evolución y la supervivencia de la humanidad. Y para muchos de los
pobladores del puerto de Alvarado este encuentro de culturas
determinó su destino dentro de la historia, como sucedió en todo
México, dando como resultado final el mestizaje y la creación de
una nueva nación. Pero hay que recordar que este no sólo fue el
choque de dos civilizaciones sino que entre el indígena y el europeo
también existió la raza negra que sufrió todavía más la barbarie
del blanco. Pero ese pasado trágico ha quedado en el olvido, en el
rezago de la memoria histórica, en los libros y en las múltiples
leyendas que cuentan los abuelos o los amantes de la historia
sotaventina. Pero al momento de iniciar el planteamiento de los
conflictos que se encontraron en el puerto, se reveló un creciente
sentimiento de orgullo ante el hecho de ser legatarios de españoles,
y no me refiero únicamente a su herencia cultural o histórica, sino
también a la idea que poseen muchos de los lugareños de ser parte
de una de las estirpes europeas. La sensación que manifiestan al
creer que su ascendencia española es más llana o pura, enaltece su
ser; hasta el punto de negar su mestizaje, probablemente de una forma
algo inconsciente. Hubo un hecho que debo admitir me sorprendió,
pues después de realizar varias entrevistas, pude percibir que
parece existir un poco más de reconocimiento y respeto a la cultura
negra que a la indígena, el cual de todas formas no supera el ideal
de pertenencia a la raza hispana. Para muchos de los alvaradeños es
un orgullo que por sus venas corra la sangre de aquellos españoles
que provenían de diferentes provincias de la península Ibérica,
sobre todo de Andalucía y Sevilla. Esta herencia cultural se quedó
plasmada en el baile y en casi todas sus celebraciones, manifestando
también de esta forma, su ferviente fe por la tradición católica.
Ante
esta afirmación hay que recordar que la mayoría de los indígenas
que fueron convertidos por su propia voluntad o por medio de la
fuerza, al catolicismo, se les asignaron nombres y apellidos
cristianos, así que se tendría que realizar una investigación
aparte para saber cuántos de estos pobladores son descendientes
directos de los europeos. No olvidemos que hubo una gran influencia
negra, por lo tanto, esta absurda suposición no quiere decir que
todos los habitantes de Alvarado tengan más sangre española que
negra o indígena. Son simplemente producto de un mestizaje que
debido a las circunstancias del momento se les tuvo que
castellanizar, en el amplio sentido de la palabra, y una de esas
formas fue el bautismo como acción de purificación de las almas
perdidas, según la creencia española.
Lo
que esta investigación arroja, es esa nueva forma de ver la cultura
y de aceptar las creencias religiosas, en este caso el catolicismo.
Cada uno de los individuos, los cuales pertenecen a un mismo círculo
social, conciben de diferente manera la celebración de una tradición
que ha sido, desde sus inicios, totalmente popular y que al mismo
tiempo es producto de sus creencias religiosas. Pero que al paso del
tiempo presenta variaciones, y es que con la integración de otra
tradición, la del “Arroz a la Tumbada” ha surgido
un sentido totalmente diferente al de “Las cruces de Mayo” y que
es vista, por algunos de los lugareños, como una forma antagónica
de la celebración religiosa. Ya que rompe totalmente con la
tradición que ha sido concebida por siglos de forma solemne.
(CONTINÚA EN LA SIGUIENTA ENTREGA)
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Notas 3.1
1
Comunicación personal del 23 de mayo de 2008, en el puerto de
Alvarado, Veracruz, al Dr. en Derecho, René Gastón Hernández
Santiago.
2
Hernán Cortés, “Primera Carta-Relación de la Justicia y
Regimiento de la Rica Villa de la Vera Cruz a la reina Doña Juana y
al emperador Carlos V, su hijo.- 1º de julio de 1519”.
Cartas de relación, Nota preliminar de Manuel Alcalá, de la
Academia Mexicana de la Lengua. Porrúa, Sepan Cuantos. 2002. pp.
26-27.
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