5 de marzo de 2012

Las cruces de mayo en Alvarado: el Arroz a la Tumbada

Publicamos la quinta entrega del texto de investigación de Iskra Sabino Las cruces de mayo en Alvarado, evolución o pérdida de una tradición en la época de la globalización.

Iskra anunciaba al final de la entrega pasada la introducción de un elemento que ha mutado el sentido de la fiesta de las cruces de mayo: el arroz a la tumbada. Que Iskra nos explique.... 
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Las cruces de mayo en Alvarado: Entre lo tradicional y lo actual, el devenir cultural de Alvarado
Iskra Sabino
(Quinta entrega)
Capítulo III.
Arroz a la tumbada más grande del mundo. 29 de mayo de 2011. www.elgolfo.info

3.2 Nacimiento de una nueva tradición: el Arroz a la Tumbada 
En este caso, el “Arroz a la Tumbada” es organizado por el ayuntamiento de Alvarado, pero como una atracción turística, “comercial”. Aunque el arroz no se vende sino que se les regala a los visitantes, varias cervecerías aprovechan el evento para promocionar y vender sus productos, que sería una de las formas que tiene el capitalismo de hacerse presente en esta celebración, motivo por el cual la gente mayor lo visualiza como un evento donde se pierde totalmente el sentido religioso del último domingo de mayo, pues la fiesta de las cruces se concibe como una fiesta blanca, símbolo de la pureza. Uno de los problemas que se observó dentro del festejo de “Las Cruces de Mayo” fue que la sociedad alvaradeña se encuentra dividida, y esto se debe al contraste de ideas que existe entre los jóvenes y adultos que conforman ésta sociedad. Asimismo, se pudo notar que debido a que la celebración posee un sentido totalmente religioso, no resulta tan atractiva a las nuevas generaciones, en contraste con lo que opinan los adultos, ya que para ellos la importancia de la fiesta se encuentra ahí, en su significado religioso. Los jóvenes, y no sólo ellos, utilizan el cierre de las cruces en el último domingo de mayo, también como motivo de festejo, pero de una manera distinta, que los identifica con las nuevas formas de celebración que se proyectan en esta época, más “moderna” y que se encuentra impregnada de toda la influencia de la “actualidad”, si es que se desea ver de este modo. Otra situación que ha sido vislumbrada solamente por un algunos integrantes del grupo intelectual del puerto, como el maestro José Enrique Ruiz Uscanga, Director actual de la Casa de la Cultura Narciso Serradel Sevilla y el ex cronista de la ciudad, don Marcelino O. Ramos Hernández; de igual forma, el que fuera presidente municipal del puerto dentro del periodo 1982-1985, el Ing. José Luis Zamudio A., es que ellos han expresado una gran inconformidad ante la integración del Arroz a la Tumbada, que también se realiza el último domingo de mayo, declarando que para ellos eso no es una tradición; cada uno manifestó un cierto tono de disconformidad ante el hecho de que se haya aprovechado la celebración religiosa para realizar un evento de esta especie, en donde el mayor problema es la presencia de las cerveceras que colocan sus carpas a orillas del malecón, donde al caminar se puede entrever a una multitud, que en su mayoría son adolescentes, consumiendo bebidas etílicas, que los identifican con los demás grupos de jóvenes que se divierten al ritmo de la música que está de moda, como sucede en todas las ciudades de México y del resto del mundo.1


Para el maestro José Enrique Ruiz Uscanga, esto simplemente denota la irrupción capitalista a sus tradiciones, una forma que corrompe y traiciona el significado de la identidad del lugar. Por el contrario, el Sr. Marcelino O. Ramos Hernández declaró que a pesar de que la gente va a donde se le regala aguardiente y que los jóvenes poseen otro tipo de pensamiento, y de que no existe ningún tipo de disposición de su parte para conservar esta fiesta y de que no hay conciencia por el consideración a las tradiciones, se tiene que respetar su forma de pensar.2 Y es a partir de las declaraciones de los adultos, y del comportamiento de los adolescentes que surgen dos interrogantes, que me llevan a cuestionarme, sobre qué tan importante resulta este festejo para la sociedad alvaradeña y si en realidad la tradición debe de permanecer viva o no. Es un hecho que las diferencias que se advirtieron dentro de las dos celebraciones dan origen a un problema de convivencia social, en el que lo que menos se da es la tolerancia por parte de los adultos, y a pesar de que existe una idea de respeto ante las preferencias de los jóvenes y de cómo viven esta celebración, las personas mayores conservan la idea de que esa forma de festejo no es la correcta, según sus valores sociales. Ahora bien, el multiculturalismo es una teoría que nace con las ideas actuales de convivencia y de respeto ante las diferencias, ya sean de tipo cultural, religioso, ideológico o sexual. Esta teoría puede hacernos entender mejor el por qué de los cambios sociales y transculturales que afectan tanto a pequeñas sociedades, como en este caso la zona porteña de Alvarado, y presentarnos un panorama más amplio sobre este fenómeno que se está manifestando en todo el mundo, sobre todo en sociedades donde la llegada de los inmigrantes ha provocado un desequilibrio social, originando un conflicto de identidad, tanto de los nuevos integrantes que comienzan un proceso de adaptación como de las sociedades que se dicen aceptarlos e intentan adaptarse a ellos.

Ésta es una nueva problemática que cada vez toma más fuerza dentro de los círculos político-culturales y que en realidad los estudios que se han realizado sobre ella presentan soluciones casi utópicas. Proponer una alternativa hacia esas nuevas formas que abrigan las nuevas generaciones ante las tradiciones y de cómo los adultos deben de saber respetar éstas nuevas concepciones culturales, de igual forma los jóvenes tienen el mismo compromiso con sus padres y abuelos, pues de lo que aquí se trata es de promover una cultura por el respeto ante la diversidad cultural. 

3.3 Análisis histórico-social


En algunos de los documentos que se conservan en la Casa de la Cultura de Alvarado, se puede leer que desde antes de los tiempos de la Reforma la celebración de la Cruz había sido suspendida en varias ocasiones, así como otras manifestaciones religiosas que se realizaban fuera del recinto. Los motivos variaban, podían ser disposiciones que venían por parte de las autoridades eclesiásticas, hasta llegar a ser decisión de las autoridades civiles (gobiernos centrales).


Algo que sorprendió al antropólogo Manuel Jiménez Castillo es que a pesar de que a finales de los años cuarenta y principios de los sesenta, y de que la celebración de la “Cruz de Mayo” decayó considerablemente en ese tiempo, en la actualidad se puede afirmar que los lugareños tienen bien arraigado el sentimiento por esta tradición.


...la gente de Alvarado, como que abandonó la celebración de la Santa Cruz, pero no la olvidó. Lo que hizo a un lado fue, la fiesta, la elaboración de cruces adornadas y el fandango, pero el culto a la cruz nunca ha desaparecido. Siempre, año con año, hubo señoras y otras personas, sobre todo de las que viven en las calles y cuadras aledañas a donde está el sitio de la cruz [...la de la mampostería [...que cuidaron de festejar a esa cruz el día tres de mayo. Nunca le faltó a la cruz sus adornos de papel crepé o china, sus flores y veladoras y, a veces, sus rezos o rosarios. Incluso, durante ese periodo de olvido, hubo años en que se hacía, cuando menos, una cruz en algún rumbo de la ciudad, en otros no se hacía nada; pero la Santa Cruz siempre recibió su festejo el día tres de mayo, festejo pequeño, insignificante, pero se le festejó...3


Es así como a finales de los años setenta un grupo de alvaradeños se organiza y crea un patronato. Este grupo decidió que se debía fundar una Casa de la Cultura, y buscando el apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes, contando también con ayuda económica por parte del Ayuntamiento municipal y con otros recursos que obtuvieron los integrantes del mismo patronato.


Posteriormente, la Casa de la Cultura quedaría incorporada al proyecto cultural estatal-federal, administrado por dos instituciones en coordinación: el Instituto Veracruzano de la Cultura (con sede en el Puerto de Veracruz), y el Instituto Nacional de Bellas Artes, los cuales contarían con cierto apoyo de la SEP para promover las manifestaciones artísticas locales y “rescatar” y/o revalorizar sus expresiones folklóricas más genuinas: el son jarocho y la decaída festividad de las “Cruces de Mayo”.4


La realidad, con respecto a la difusión cultural, que existe en el puerto alvaradeño es totalmente contraria a lo que se afirma en la cita anterior, ya que sí es cierto que la preocupación por la conservación de las tradiciones logró abrir las puertas al arte y la cultura por medio de una institución, no resultó tan satisfactorio en el plano económico, ya que la Casa de la Cultura de este puerto únicamente recibe una aportación económica mensual por parte del Instituto Veracruzano de Cultura. Según el testimonio del maestro José Enrique Ruiz Uscanga el apoyo económico que recibe por parte de esta institución es de no más de cinco mil quinientos pesos mensuales, mismos que se reparten en sueldos de entre cuatrocientos y trescientos pesos por taller, esto quiere decir que el pago a los maestros no es suficiente, dando como resultado que los profesores encargados de las labores docentes posean otros tipos de ingresos, por lo general este es un trabajo que realizan por cuestiones filantrópicas. De esta forma se establece un factor que afecta de manera importante la difusión cultural, exponiéndola a que no se puedan obtener grandes resultados dentro de este campo y por más deseos que posea una sociedad por conservar su legado cultural, sin recursos económicos es muy difícil que se mantenga viva. 

Si no existe la difusión cultural, no puede tener cabida la educación para la misma, así que este fenómeno da partida a cambios que podrían afectar la celebración, no se sabe hasta qué punto, tampoco se apoya la idea de que fenómenos externos afecten la celebración de forma negativa, dando paso a la fusión con nuevas visiones de identidad. Si la celebración ya pasó por un periodo de receso, se tiene que estar consciente de que a través del tiempo ha permanecido, pero su estado no ha sido estático; al igual que otras tradiciones ha evolucionado y tenido que buscar la forma de adaptarse a los cambios políticos, económicos y socio-culturales. La conciencia colectiva conserva un hondo respeto por mostrar quiénes son y de dónde proviene el ser de sus raíces. La conmemoración de las “Cruces de Mayo” le ha abierto paso a la fiesta del “Arroz a la Tumbada”. 

Esta nueva tradición tiene un poco más de quince años que se incorporó al festejo de las cruces. Los orígenes de su leyenda se remontan a principios del siglo XX, recordando las reuniones de los pescadores que se juntaban dentro de las embarcaciones y se preparaban para la pesca. Este acto de convivencia convertía de alguna forma, el trabajo en un motivo para hacer fiesta. Pero para algunos de los habitantes de este puerto, que aún mantienen una visión conservadora y un tanto temerosa, ante la idea de que un factor externo como lo es el “Arroz a la Tumbada” se fusione con la antigua tradición y distorsione el sentido real del festejo. La negativa ante este evento se debe a que la preferencia por el alcohol no es adecuada ni bien vista por los que están más allegados a la fiesta, según la visión de éstos lugareños, no existe una razón para combinar las dos celebraciones. En este sentido, podemos afirmar que la mentalidad y la actitud de las sociedades actuales son cambiantes, toman el discurso del pasado pero a la vez lo innovan y le dan otro significado, quizá de una manera mucha más práctica. Otra visión o interpretación podría decir que no se tiene memoria histórica por parte de las generaciones presentes, pero darlo a conocer no es la intención de esta investigación. Considerando que sería motivo de otro trabajo. Máxime que la cuestión social tiene múltiples explicaciones e interpretaciones. En los siguientes apartados y temas que se abordarán serán en términos más conceptuales, de discurso, con el fin de contrastar la realidad de los alvaradeños y la historia local, con las corrientes del pensamiento mundial, para que los lectores se den una idea más completa del presente trabajo.

(CONTINÚA EN LA SIGUIENTA ENTREGA)
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Notas 3.2
1  Comunicación personal con el Ing. José Luis Zamudio A. y al Mtro. José Enrique Ruiz Uscanga, el 21 y 24 de julio de 2007 en el puerto de Alvarado. La entrevista al Sr. Marcelino O. Ramos se realizó el 23 de mayo de 2008 en la Casa de la Cultura “Narciso Serradel Sevilla”
2 Ibídem. Comunicación personal con el Mtro. José Enrique Ruiz Uscanga el 24 de julio de 2007 y fragmento del testimonio del Sr. Marcelino O. Ramos entrevistado el 23 de mayo de 2008  

Notas 3.3
3 Manuel Jiménez Castillo, op. cit., pp. 155-156
Ibídem, pp. 157-158.  

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