9 de abril de 2012

Intermedio

Este mes el Instituto Veracruzano de la Cultura cumple 25 años de vida.

Fundado en 1987 gracias a la iniciativa de la Dra. Ida Rodríguez Prampolini, el IVEC ha articulado en las recientes décadas las acciones culturales que se desarrollan en el Estado y que cuentan con presupuesto gubernamental. Si bien es cierto que según la sensibilidad de las administraciones en curso estas acciones han logrado mayor o menor éxito, es innegable que el panorama de la creación cultural veracruzana sería muy distinto -y menos prolífico- sin la existencia del instituto.

No obstante, desde hace algún tiempo soplan rumores que susurran la desaparición del IVEC.

Se habla de una transformación en Consejo Estatal, se habla de una absorción total (y no una simple sectorialización como ya ocurrió hace algunos años) por parte de la Secretaría de Turismo transformando el Instituto en una dirección.

Es tiempo de reflexionar sobre la función que cumple el instituto en la vida social veracruzana, sus logros, sus límites y su viabilidad. Los usos discrecionales a los que a veces ha sido sometido por la estructura partidista estatal, y sus éxitos en la formación de toda una generación de promotores - gestores que ahora desarrollan proyectos también por fuera de los márgenes institucionales.

En el Observatorio nos sumamos a las voces que piden una institución fortalecida, con presupuestos adecuados y aplicados a la sustentación de proyectos artísticos, educativos y de conocimiento, no destinados a prebendas y favores políticos. Que sepa valorar -y profesionalizar- a los funcionarios que realmente trabajan para fortalecer las iniciativas y redes culturales. Que no confunda los diferentes caracteres de lo cultural y no destine recursos a acciones que le corresponden al mercado y a la iniciativa privada. Que sepa definir y defender sus papel institucional.

Feliz 25 aniversario, IVEC.



Subimos un reportaje que el Dictamen On Line subió en julio de 2010. El reportaje habla más del edificio sede del IVEC que del Instituto en sí. En todo caso, es una muy buena cápsula que narra brevemente la historia de este edificio que tanto queremos...

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